Esto me ha costado. Me ha costado por dos motivos. El primero: han pasado casi quince años desde la última vez que escribí algo en lo cual estuviese involucrada la investigación necesaria para lo que se va a escribir, y la verdad es que (lo crean o no) había perdido todo el oficio. El segundo: en el proceso de investigación y redacción del texto han aflorado emociones y sentimientos que estuvieron ocultos por más de treinta y cinco años... Esta aventurilla literaria ha terminado siendo más de lo que hubiese querido y ha mutado en algo profundamente perturbador ya que, al hurgar en el pasado, lo que pudo quedar como el recuerdo marcado a fuego de un evento excepcional se ha convertido en una olla llena de más preguntas impropias e insolubles de las que hubiera deseado. Para mi pesar y el de los involucrados. De cualquier forma cumplo con informar que lo que van a leer, así como reza la publicidad de algunas películas, está basado en un hecho real. No invento. Lo pude haber escrito en forma de ensayo o de reportaje, pero eso ya no va mucho conmigo por lo que me he dado varias licencias literarias para que el texto fluya dentro del estilo de ficción. Pero salvo el aderezo todo corresponde a un evento que mi padre, mi hermano y yo vivimos en una noche de verano del año 1976. Qué joda...
miércoles, 8 de agosto de 2012
Rojo en el Cielo
Esto me ha costado. Me ha costado por dos motivos. El primero: han pasado casi quince años desde la última vez que escribí algo en lo cual estuviese involucrada la investigación necesaria para lo que se va a escribir, y la verdad es que (lo crean o no) había perdido todo el oficio. El segundo: en el proceso de investigación y redacción del texto han aflorado emociones y sentimientos que estuvieron ocultos por más de treinta y cinco años... Esta aventurilla literaria ha terminado siendo más de lo que hubiese querido y ha mutado en algo profundamente perturbador ya que, al hurgar en el pasado, lo que pudo quedar como el recuerdo marcado a fuego de un evento excepcional se ha convertido en una olla llena de más preguntas impropias e insolubles de las que hubiera deseado. Para mi pesar y el de los involucrados. De cualquier forma cumplo con informar que lo que van a leer, así como reza la publicidad de algunas películas, está basado en un hecho real. No invento. Lo pude haber escrito en forma de ensayo o de reportaje, pero eso ya no va mucho conmigo por lo que me he dado varias licencias literarias para que el texto fluya dentro del estilo de ficción. Pero salvo el aderezo todo corresponde a un evento que mi padre, mi hermano y yo vivimos en una noche de verano del año 1976. Qué joda...
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